Miedos
- Lic. Elisa M. Gutiérrez A.
- Apr 23, 2021
- 3 min read
Updated: Apr 18, 2021

El miedo es caracterizado muchas veces como una emoción negativa, algo que hay que evitar y que está vinculado con la infelicidad. Sin embargo, lo cierto es que, si el miedo es una emoción presente en prácticamente todas las culturas que se han estudiado, cabe la posibilidad de inferir que está ahí por algo. ¿Acaso cumple alguna función relevante? ¿Para qué sirve el miedo?
Resumiendo, el miedo sirve para sobrevivir, es un mecanismo adaptativo a un entorno que, en ocasiones, nos da motivos para temerlo. Aquello para lo cual sirve el miedo tiene que ver con nuestra capacidad para reaccionar rápidamente ante situaciones peligrosas, ya que gracias a él nos retiramos cuando existe una amenaza.
Esta amenaza puede ser para nuestra vida, o para nuestra autoestima, nuestra seguridad (según nuestras creencias sobre lo que es seguro o no), nuestro auto concepto.
El problema, es cuando nuestras creencias e interpretaciones hacen que sintamos miedo de forma disfuncional, es decir, lo que ocurre a consecuencia de sentir ese miedo es aún peor que lo que ocurriría si no lo sintiéramos.
De lo que no debemos tener miedo es de identificarlos (los miedos) porque sólo cuando sabemos de dónde provienen es cuando podemos empezar a controlarlos. Ser conscientes de nuestros temores y encontrar la raíz de los mismos, es el primer paso para acabar con ellos.
Los cinco miedos básicos de los cuales nacen casi todo el resto de nuestros temores:
1. Miedo a la muerte El miedo a ser aniquilados y dejar de existir, más comúnmente conocido como miedo a la muerte, proviene de una sensación primaria de todos los seres humanos por la supervivencia. De este miedo se derivan otros muchos temores generalizados como el miedo a las alturas, el pánico a los viajes en avión o diferentes fobias relacionadas con la extinción de nuestras vidas. Sensaciones de pánico ante circunstancias asociadas a fatales consecuencias que supongan el fin de nuestras vidas.
2. Pérdida de autonomía El miedo a ser inmovilizados, paralizados, restringidos, sometidos, atrapados, encarcelados o controlados por circunstancias que están fuera de nuestro control. El temor a la libertad de nuestros movimientos naturales es común a casi todos nosotros. En su reacción física se le conoce comúnmente como claustrofobia, pero también se extiende a otras reacciones psicológicas relacionadas con las interacciones y comportamientos sociales.
3. La soledad. Totalmente contrapuesto al anterior, este miedo se relaciona con el pánico al abandono, al rechazo o a sentirnos despreciados. La pérdida de conexión con el mundo genera sensaciones de angustia ante la posibilidad de convertirnos en una persona no querida a la que nadie respete ni valore.
4. Miedo a la mutilación “Se trata del temor de perder cualquier parte de nuestra estructura corporal, la idea de tener límites en la movilidad de nuestro cuerpo o de perder la integridad de cualquier órgano, parte del cuerpo, o la función natural”,
La pérdida de conexión con el mundo genera sensaciones de angustia La sensación de ansiedad al estar acerca de animales venenosos o considerados peligrosos como insectos, arañas o serpientes, así como tener fobia a otras cosas o situaciones que puedan suponer un daño físico como trabajar o exponernos a sierras mecánicas, hachas o machetes. Igualmente, los derivados del miedo a la muerte como el vértigo, el temor a morir ahogados o cualquier otro que unos riesgos para nuestra integridad física están relacionados con el miedo a perder o dañar alguna parte de nuestro cuerpo.
5. Daños y perjuicios al ego . El miedo a sentirnos humillados, pasar vergüenza o cualquier otra situación de profunda desaprobación que amenace la pérdida de la integridad del ser (también conocida como muerte del ego). El miedo al rechazo o el temor que sienten muchas personas a hablar en público están relacionados con esta angustia generalizada a la aniquilación de nuestro ego.
El miedo cuando empieza a interferir en nuestra vida diaria y nos impide realizar ciertas actividades , deja de ser adaptativo y se convierte en disfuncional y en ese momento es recomendable acudir a terapia psicológica antes de que pueda llegar a convertirse en una fobia.
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