Crónica de una Depresión

Anonimo
1 may 2013
7 Min. de lectura

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Día 1.

Parecía un día como cualquier otro, los pendientes del día, vueltas, visitas, los niños.. un domingo común y corriente…. 6 de la tarde y un cansancio inexplicablemente fuerte se apodera de mi cuerpo, llego a mi casa y me tiro en la cama, los niños quieren ver una película pero mis ojos no pueden mantenerse abiertos, escucho entre sueños que tienen hambre.. balbuceo una frase ininteligible y enseguida desaparezco, ya no se mas de mi..

Cinco de la mañana, suena el despertador y me levanto desganada, despierto a mi hija y la llevo a la parada del camión rumbo al colegio, en el camino de regreso veo un mensaje en el celular… detonante! Una frase que en cualquier otro momento hubiera solo provocado enojo o frustración en mi y luego pasaría, sin embargo en ese momento la percibo como una bomba atómica dentro de mi cabeza, siento una ola de calor que se expande por todo mi cuerpo rápidamente e intenta salir por mis ojos, calor, ardor insoportable e inevitablemente el llanto aparece incontrolable en mi ser. Al mismo tiempo una avalancha de pensamientos inquietantes, frustrantes, inquisitivos taladrando mi mente sin descanso y con cada pensamiento el llanto cada vez mas incontrolable.

Empieza una lucha entre mi mente consciente que sabe que lo que está pasando en mis pensamientos y en mi cuerpo están fuera de la realidad, es algo que no tiene razón de ser, sin embargo me es imposible controlar mis emociones, estoy haciendo mis labores del día y mis ojos no pueden detener las lagrimas, la cabeza taladrándome todo el tiempo en un afán de hacerme el día imposible y la lucha con mi razón cada vez mas frustrante por no poder controlar la situación. La cabeza me estalla, quisiera tirarme en la cama y desaparecer otra vez, pero no puedo dejar de cumplir con mis deberes del día, los niños me preguntan porque lloro y solo respondo que tengo una terrible jaqueca y que probablemente tengo gripe.

Curiosamente en ese momento empiezo a estornudar incontrolablemente, como si mi cuerpo estuviera “apoyándome” para avalar la excusa que les di a los niños, tengo los ojos rojos e hinchados y la nariz me arde. Un zumbido molesto dentro de mi cabeza me pone de mal humor pero tengo que seguir adelante.

Durante el trayecto a la escuela me pongo los lentes para sol para disimular un poco los ojos rojos pero me es imposible detener las lagrimas y los pensamientos repetitivos me siguen taladrando, una ansiedad incontrolable se apodera de mi.. el camino me parece interminable y las voces y risas de los niños se mezclan con esa ansiedad, los pensamientos en mi cabeza.. me zumban los oídos, la vista nublada por las lagrimas, mi corazón se acelera, la cabeza me estalla y el semáforo tarda eternidades en cambiar a verde.

Por fin llegamos al colegio, los niños se despiden con un beso y al verlos partir toda esa emoción que había estado tratando de detener durante el camino se vuelca de golpe sobre mí y mi llanto se vuelve incontrolable, no puedo detenerlo, conduzco todo el camino de vuelta a casa hecha un “mar de llanto” atormentada por los miles de pensamientos taladrantes en mi cabeza, voces, caras, risas, burlas… es como una película de terror dentro de mí.

Mi cuerpo dice que tengo hambre, pero no estoy de humor para comer nada.. la casa necesita mucho trabajo pero me siento sin fuerzas.. me tiro en la cama para desaparecer, huir de todo esto, pero es peor, el silencio solo hace crecer los pensamientos, el llanto, el dolor de cabeza, siento que mis ojos se salen de sus orbitas, calor.. dolor… insoportable…

En un arrebato de desesperación envío algunos mensajes vía celular que terminan con un proyecto en el que estoy trabajando, agobiada por los sentimientos de ansiedad e incompetencia que siento en ese momento.

Necesito distraer mi mente de todo esto… prendo la televisión y busco una película… poco a poco mi atención se centra en los personajes de la trama y por un momento todo desaparece..

Se termina la película y la ansiedad se vuelve a apoderar de mi, los pensamientos que habían estado viendo la película, ahora regresan a posarse sobre mi cabeza, regresan las voces, las ideas, las lagrimas, ese dolor en el pecho… calor… desesperación incontrolable…. Quiero desaparecer nuevamente, pero es hora de ir por los niños al colegio…

Nuevamente conduzco todo el camino tratando inútilmente de controlar el llanto, luchando contra el ataque de esos pensamientos cíclicos, repetitivos, atormentantes… el trayecto de ida y vuelta y las voces de los niños se vuelven una tortura.. solo quiero llegar a casa y tirarme en la cama nuevamente, siento el cuerpo sin fuerzas, cansado, agotado….

Pregunto a los niños si tienen hambre, con la esperanza de que la respuesta sea negativa y afortunadamente solo desean algo ligero de merendar, aun es temprano para la cena y les propongo ver una película con la doble intensión de distraer mi mente y tenerlos cerca de mí para estar al pendiente de ellos..

Solo veo una parte de la película y un sueño profundo y pesado de apodera de mi, por un momento desaparezco de la faz de la tierra.. hasta que escucho muy a lo lejos una vocecita que dice.. tengo hambre… mama, tengo hambre…

Me cuesta muchísimo trabajo levantarme de la cama, el dolor de cabeza aparece nuevamente de golpe ahora acompañado de calor en los ojos y un zumbido molesto… tengo ganas de gritar de dolor…

Bajo las escaleras hacia la cocina y preparo unos trozos de carne para asar y las coloco en el comal hasta que se cocinen, las acompaño con un poco de lechuga y les llevo los platillos a los niños hasta la cama.. me hundo nuevamente en la almohada y no se mas de mi…

Escucho nuevamente la vocecita a lo lejos… tengo hambre… mama , tengo hambre… y les digo, dile a tu hermana que te cocine la carne que quedo en la estufa… pero sigo oyendo que discuten porque no quieren darle la comida a la niña pequeña… tomo fuerzas no sé de dónde y me levanto nuevamente, prácticamente en calidad de zombie, prendo la estufa y pongo a cocinar la carne en el comal.. el tiempo pasa lento y la carne no termina de cocinarse, la ansiedad nuevamente se apodera de mi y tengo ganas de aventar todo ahí mismo y escapar, pero afortunadamente en ese momento llega mi esposo y pronuncia las palabras mágicas… necesitas que te ayude en algo?... Siii!! Prepárale esta carne a la niña por favor, me siento muy mal y necesito irme a dormir..

Me tomo una pastilla para el dolor de cabeza y regreso a la cama… ya no supe mas de mi ni de los niños, desaparezco hasta la mañana siguiente..

Día 2

Escucho que alguien toca insistentemente la puerta de mi recamara… no escuché el despertador y mi hija apurada .. mamá ya nos tenemos que ir apúrate!!

Me levanto rápidamente de la cama y me dirijo al baño., me quito la ropa y entro rápidamente en la regadera, me cambio en menos de 5 minutos con mi hija apurándome detrás de la puerta… la cabeza me estalla y tengo los ojos hinchados .. sigo sintiendo la angustia sin razón aparente… conduzco nuevamente en calidad de zombie y dejo a mi hija en la parada del autobús.

De regreso ya en soledad nuevamente aparecen los pensamientos taladrantes, el llanto incontrolable, el dolor de cabeza continua, el zumbido en los oídos… pero la función debe continuar y me dirijo a la tienda de autoservicio a comprar la comida del día.. la gente me mira inquisitivamente, mis ojos están rojos al igual que la nariz y las lagrimas no cesan de escurrir por mis mejillas.. trato de aparentar con un pañuelo desechable que se trata de una terrible gripe, aunque en el fondo se perfectamente que nadie se está tragando ese cuento, ni siquiera mis hijos.. mi cuerpo se confabula conmigo proveyéndome de cuando en cuando un acceso de estornudos como para avalar el cuento de que se trata de una gripe intensa, pero en el fondo yo sé perfectamente que no es verdad.

Para esa misma tarde, tres personas que habían acordado algunas actividades conmigo ya me habían cancelado sin siquiera saber mi estado de ánimo, lo cual me intensificó el sentimiento de abandono y soledad… había hecho todo lo que estaba a mi alcance para cumplir con esos compromisos, me bañé, me maquillé, hice un ejercicio de relajación, me ocupé de sacar una información de internet y envié un trabajo pendiente .. al final… todo fue inútil.. regresé a casa y me volví a tirar en la cama, aunque la ansiedad y los pensamientos habían cedido una buena parte, el dolor de cabeza seguía presente… me tomé una pastilla, pero al parecer no era suficiente… poco tiempo después me tomé otra más, que tampoco hizo ningún efecto… pusimos una película en la televisión y luego otra más.. hasta que caí profundo en los brazos de Morfeo.

Dia 3.

Despierto a tiempo para llevar a mi hija al autobús, me siento ligera y tranquila, aun me duelen los ojos, están muy hinchados de tanto llorar los últimos dos días, sin embargo , han desaparecido los pensamientos taladrantes y las ganas de llorar.. los dos días anteriores me parecen ahora como una terrible pesadilla, no encuentro la lógica a lo que me pasó, es como si alguien más se hubiera apoderado de mi voluntad, como si un ente extraño estuviera poseyendo mi cuerpo al mismo tiempo que mi alma.

Conforme pasa el día, todo esto se va alejando de mi mente como si nunca hubiera existido, lo que ayer parecía algo incontrolable, ahora no tiene sentido, es muy desconcertante..

Las decisiones que tomé durante esa crisis de depresión incontrolable ahora me acompañarán todos los días, deberé hacerme cargo de asumir las consecuencias de mis actos como una persona responsable.. No puedo regresar el tiempo.. solo puedo aprender de la experiencia.. y eso haré..

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